Información práctica

Síntomas de alergia a los gatos

Si eres alérgico y al mismo tiempo adoras a los gatos, sin duda estarás preocupado, ya que estos bellos animalitos son una de las causas de alergia reconocidas. Las alergias son un tipo de enfermedad muy común que se producen por una reacción de nuestro sistema inmunológico ante una sustancia determinada que normalmente no le genera ningún problema a la mayoría de las personas.

Entre los distintos tipos de alergias se encuentran las alergias a ciertos animales, incluidos los gatos, los cuales secretan sustancias que pueden confundir a nuestro sistema inmunológico y generar una respuesta alérgica. Más concretamente, las personas que manifiestan reacciones alérgicas relacionadas con gatos, están reaccionando a determinadas proteínas de la piel (caspa), los pelos, el sudor, la saliva o la orina del gato.

Estas proteínas son las que actúan como alérgenos, es decir sustancias generadoras de alergia. Para que tengas una idea, los animales domésticos, particularmente gatos y perros, son la tercera causa de alergias, después del polen y los ácaros del polvo. Por otra parte, el 26% de los europeos sufren de alergia a los gatos, así que es algo relativamente común.

Ante esto es conveniente que estés bien informado sobre este problema, sea que ya sufres de alergia a los gatos o te encantan los gatos y debes estar prevenido ante esta posibilidad. Así que a continuación te doy información relevante sobre la alergia a los gatos y en especial sobre los síntomas de alergia a los gatos.

Cómo saber si tengo alergia a los gatos: síntomas más comunes

Para poder determinar si eres alérgico a los gatos la forma más segura y confiable es consultar a un alergólogo o un inmunólogo. Este profesional te hará una serie de pruebas con distintas sustancias de diversas fuentes, donde incluirá proteínas provenientes del gato, bien sea con extractos de caspa de gato o con proteínas específicas provenientes de la piel de este animal, como la Fel d 1 recombinante.

El especialista coloca una gota del posible alérgeno en pequeñas áreas de la piel previamente escarificadas levemente (un pequeño raspado para provocar microheridas) y la cubre con un parche. Luego, a los 15 minutos, determina si hay reacción a alguna de estas sustancias, al ocurrir un enrojecimiento, prurito o formación de pústula.

También se realizan pruebas específicas de anticuerpos IgE en sangre para determinados alérgenos. Los anticuerpos son los compuestos que produce tu sistema inmunológico para combatir a las sustancias extrañas que son negativas o que el sistema considera negativas para tu organismo.

En forma empírica

Por otra parte, una forma preliminar de saber si eres alérgico específicamente a los gatos, es prestar atención en qué circunstancias te sobrevienen los síntomas de la alergia. Si logras correlacionar los síntomas con el contacto con gatos o hábitats de gatos, puedes tener un cierto grado de seguridad de que tu alergia es causada por estos animales.

Ten en cuenta que los síntomas leves y moderados de alergia pueden confundirse con una gripe o un resfriado, sin embargo, si los síntomas persisten más allá de una semana, o son recurrentes, puedes sospechar que se trata de una alergia.

¿Qué síntomas puede causar la alergia a los gatos?

Cada persona puede reaccionar de forma diferente a la presencia de un alérgeno o sustancia que genera alergia, en este caso las células de la piel de gato presentes en el ambiente o en los pelos del gato, su orina o saliva. La reacción puede ser leve, moderada o fuerte, y los síntomas varían en consecuencia.

Estos síntomas pueden ir desde estornudos, congestión nasal y flujo nasal en una reacción leve, pasando por tos, ojos acuosos y picor de ojos, urticaria e incluso diarrea y vómitos, hasta serias dificultades para respirar en casos graves.

Rinitis alérgica

Al verse congestionadas las vías respiratorias superiores, se provocan estornudos, secreción nasal, picazón en la nariz y garganta. Puede llegar a generarse una sinusitis, es decir una inflamación de los senos nasales, e incluso derivar en una otitis o infección del oído.

Conjuntivitis alérgica

En este caso son los ojos los que reaccionan a la acción de los alérgenos del pelo del gato y se produce su enrojecimiento, hinchazón y picazón.

Dermatitis atópica, o eccema

Si el contacto con el alérgeno es en la piel, puede desarrollarse una dermatitis, generando picazón, enrojecimiento de la piel y hasta exfoliación o pérdida de células de la piel.

Urticaria (roncha)

Aunque no es común en casos de alergia a los gatos, puede llegar a presentarse en casos graves. Consiste en la aparición de ronchas o pequeñas tumefacciones algo elevadas, rojas y que producen picor, que surgen dispersas o agrupadas en determinadas áreas.

Asma alérgica

Puede ser que la persona sufra de asma y sea alérgica a los gatos, por lo que la exposición al alérgeno de gato dispara el episodio asmático. Aunque también, en casos de alergia fuerte a los gatos pueden desarrollarse síntomas de asma alérgica. En todo caso, estos síntomas incluyen tos, dificultades para respirar o disnea y sibilancia o un silbido agudo que se genera al inhalar o exhalar el aire.

Anafilaxia

Esta es la condición más grave de reacción alérgica y afortunadamente no es común que suceda en alergias a los gatos. En todo caso, cuando ocurre, se produce de forma rápida e implica síntomas como sensación de calor, rubor, hormigueo en la boca o un eccema rojo y con picazón, mareos, dificultades respiratorias, opresión en la garganta, ansiedad, vómitos y diarrea.

En extremos graves, y si no se trata a tiempo, puede caer la tensión arterial, perder la conciencia y entrar en estado de shock. La anafilaxia puede causar incluso la muerte.

Qué es la alergia al pelo de gato

Lo primero que hay que aclarar es que el alérgeno o sustancia que causa la alergia proveniente del gato, no son los pelos en sí, sino proteínas de la piel del gato, de la saliva, o del sudor, que se adhieren al pelo. La principal de estas proteínas que actúan como causantes de alergia se llama Fel d1.

De hecho, los gatos siameses que casi carecen de pelos, causan alergias, ya que producen muchas secreciones que contienen grandes cantidades de esta proteína.

Esta proteína adherida o no al pelo, se expone a su vez a toxinas bacterianas comunes en el ambiente, los lipopolisacáridos (LPS). Cuando el pelo entra en contacto con nuestro organismo, se activa un componente del sistema inmunológico llamado TLR4, que es sensible a patógenos, es decir organismos causantes de enfermedades. Este TLR4 confunde la proteína del gato con un patógeno y dispara la reacción inmunológica.

En este caso se trata de un problema genético en tu sistema inmunológico, ya que en la mayoría de las personas estas proteínas no provocarían una reacción de este nivel en el sistema inmunológico. La acción del sistema inmunológico provoca una serie de reacciones que terminan causando los síntomas característicos de esta alergia.

Cantidad de alérgeno y sensibilidad del sistema inmunológico

Estos síntomas alcanzarán una determinada intensidad dependiendo de la cantidad de alérgeno a la que te expongas, es decir, mientras más pelos de gato o secreciones entren en contacto contigo, mayor puede ser tu reacción negativa.

Otro factor que afectará la intensidad de tu reacción alérgica será la sensibilidad de tu sistema inmunológico. Mientras más sensible sea tu sistema a la presencia del pelo de gato o más concretamente a las proteínas que este lleva, más fuertes serán tus síntomas.

¿Puede llegar la alergia a los gatos de repente?

Lamentablemente, la alergia a los gatos puede llegar en cualquier momento, es decir, no porque nunca hayas tenido problemas de sensibilidad a los gatos, no quiere decir que en determinado período de tu vida aparezca la reacción alérgica.

Esto tiene que ver con que nuestro sistema inmunológico no es estático, sino que varía a lo largo de nuestra vida y en general tiende a debilitarse con la edad y con la exposición a determinados factores ambientales. Bien sea uno u otro factor, puede desencadenar en un momento dado la activación o desactivación de determinados genes y esto a su vez, provocar cambios en nuestro sistema inmunológico.

Por otra parte, puede ocurrir que siempre hayas sido susceptible a la alergia producida por gatos aunque de una forma leve, pero no habías estado expuesto a una cantidad de inóculo suficiente, es decir, a la suficiente cantidad de proteína causante de alergia de gato.

Esto puede ocurrir porque hasta ahora habías tenido una raza de gato con escaso contenido de dicha proteína o simplemente tu gato era joven y no se desprendía de mucho pelo o variaron las condiciones de limpieza respecto a la presencia de pelos de gato o caspa en el ambiente.

Cómo evitar la alergia a gatos

Sin duda que la alternativa drástica y a prueba de fallas es alejarte de los gatos, sin embargo, si eres amante de estos bellos animalitos o ya tienes uno y no piensas alejarte de él, entonces esta alternativa no es viable. Partiendo entonces de que convivirás con un gato y eres alérgico a ellos, existen una serie de recomendaciones que debes seguir.

1. Si no tienes un gato, pero buscas uno y sabes que eres alérgico, puedes optar por elegir un gato de una raza que produzca menos alérgenos, las llaman razas hipoalergénicas. Aunque la realidad es que ninguna lo es en estricto sentido, simplemente estos gatos producen menos proteínas alergénicas que otros, especialmente la proteína Fel D1, o desprenden menos pelos.

Estas razas pueden producir pequeñas cantidades de esta proteína o de otras que son menos alergénicas, lo que en personas con alergia leve puede implicar que no desarrolle síntomas. Entre las razas de gatos llamadas hipoalergénicas están el gato de Bengala, el gato Cornish Rex y Devon Rex, el gato Ruso Azul, el gato Siberiano, el gato Javanés y el gato Esfinge. De igual forma, se señala que, al parecer, los machos causan más alergias que las hembras.

2. Es importante que laves y cepilles a tu gato regularmente, para eliminar el exceso de células muertas, pelos y en general los restos de proteínas alergénicas de la superficie de su cuerpo.

3. Hay lociones especializadas que puedes aplicar a tu gato para reducir la caspa y por tanto la producción del alérgeno que te provoca la alergia.

4. En la medida de lo posible mantén a tu gato alejado de tu dormitorio, de tal manera de impedir que sus pelos y excrecencias impregnen la ropa de cama.

5. Emplea purificadores de aire con filtros HEPA y pasa la aspiradora frecuentemente, a fin de reducir la cantidad de pelos y células muertas del gato en el ambiente.

6. Consulte al alergólogo, quien te recomendará los tratamientos adecuados para la sintomatología en caso de sufrir la alergia. Así como la posibilidad de seguir tratamientos de inmunoterapia específica que permita reducir la sintomatología más a largo plazo y llegar a producir tolerancia al animal.

¿Existen remedios caseros para la alergia a los gatos?

La alergia a los gatos en sí no tiene cura, pero como ya te señalé, existen medidas que puedes implementar para reducir la probabilidad de padecerla. Por otra parte, también hay medicamentos farmacológicos que ayudan a reducir e incluso eliminar los síntomas de la alergia. Para ello se emplean especialmente los antihistamínicos, los cuales bloquean los efectos de las histaminas, las sustancias relacionadas con la respuesta del sistema inmunitario. Así como también corticoides nasales o inhalados y broncodilatadores

Lamentablemente, los antihistamínicos pueden provocar algunos efectos secundarios, como soñolencia, dolor de cabeza y pérdida de memoria momentánea. Así que algunas personas, en casos de alergias leves o moderadas, prefieren recurrir a los remedios caseros para controlar los síntomas de su alergia a los gatos.

Claro está, que en caso de persistencia de los síntomas o agravamiento de los mismos, lo mejor es recurrir al médico y seguir el tratamiento que recomiende. Recuerda que en casos graves una alergia puede llegar a ser incluso mortal.

Antihistamínicos naturales

Hay algunos productos de origen natural o escasamente procesados que funcionan como antihistamínicos naturales, contribuyendo a reducir los síntomas alérgicos leves. Entre ellos están el té verde, la infusión de ortiga, la alfalfa, el tomillo, la cúrcuma, el jengibre y la cebolla, especialmente la cebolla morada.

Estas infusiones tienen en general propiedades antioxidantes y en algunos tienen efectos antinflamatorios, como es el caso de la cúrcuma.

Descongestionante nasal

Uno de los síntomas más frecuentes de la alergia a los gatos es el congestionamiento de las vías respiratorias superiores. Existen remedios naturales para aliviar esto, como por ejemplo recibir vaporizaciones con hojas de eucalipto. Simplemente coloca hojas de eucalipto a hervir en agua, tapa tu cabeza con una toalla  y aspira los vapores.

Alivio de la conjuntivitis alérgica

Para aliviar el enrojecimiento y picor causado por la conjuntivitis alérgica puedes aplicarte una infusión de manzanilla o caléndula con un algodón en los ojos. Estos extractos vegetales contienen compuestos como el alfa-bisabolol y el camazuleno que poseen propiedades analgésicas, antinflamatorias y antisépticas.

Sin embargo, debes tener en cuenta que el agua debe hervir, dejarla enfriar y luego la infusión debe colarse por un lienzo denso, a fin de evitar que quede cualquier tipo de partícula en la solución. Además, debes emplear un algodón distinto para cada ojo y no frotarlos. Si persisten los síntomas, lo mejor es acudir al médico.

Ante la dermatitis atópica o eccema y urticaria

Para este tipo de síntomas de la alergia a los gatos existen algunos remedios naturales muy efectivos para su alivio. Entre ellos está el gel de Aloe, el cual se puede adquirir procesado o extraerlo directamente de las hojas de la planta. Esto último es preferible, ya que algunos de los productos comerciales vienen con otros ingredientes, como alcohol por ejemplo.

Si dispones de la planta, simplemente toma una de sus suculentas hojas y córtala longitudinalmente, luego extraes el gel y lo aplicas como una pomada sobre la piel afectada. Además, de sus propiedades antimicrobianas, es cicatrizante, antinflamatorio y refrescante.

Otro remedio casero para este caso es la avena en hojuelas cocida en agua formando una pasta, que se aplica sobre el área irritada. Tiene propiedades antioxidantes, humectantes, refrescantes y antinflamatorias.